Fatum

Me quedé en la curva de tu cintura.

Respirando vida, sacándote una sonrisa.

Con el calor de tu cuerpo me hago un nido

donde busco descanso, donde me encuentro en tus brazos.

Mi obsesión por tu piel se ha incrementado.

Ruedo por el suelo en busca de esos labios.

Vacío mi inspiración así,

aunque todo lleva tu nombre aquí.

Mi vida está más limpia y clara desde que te vi.

Te instalaste en mi mente y ahora no puedo pensar estar sin ti.

¿Qué calor me abrigará en las noches frías?

¿Quién me dará de su cerveza y me conquistará en la cima?

De la mano vamos, día tras día.

Riendo hasta que duelan los huesos, olvidando aquella melancolía.

Estudios avanzados

Volví a los estudios.

Piel nueva, un lienzo limpio.

Blanco como el papel, suave al tacto,

que mis manos tocan a cada rato.

Los segundos y horas nos pasan por encima.

Nos tumban boca arriba contra la marea.

Y termino buscando el sueño en la encimera,

o tal vez mi ropa en la gaveta.

Comenzó la guerra y no sabíamos.

El sol entra por la ventana. 

Vestida con nada más que un par de palabras.

Miramos las sombras esconderse debajo de las sábanas.

Solo necesito 5 minutos de tu tiempo.

Para memorizar y pintar el lienzo.

Para tomar notas y resaltar

aquello que mañana todo el día voy a recordar.

Ápate

¿Por qué le llaman "amor" a lo que hiciste conmigo?

Destruiste cada parte de mí y te fuiste de rosas un domingo.

De saberlo todo el mundo la decepción sería nacional,

cómo golpeaste y maltrataste a esta pobre mortal.

Las espinas una a una me saqué.

Corté las flores y ya no hago café.

Porque más amarga mi lengua no puede estar

después de tantas mentiras que me hiciste tragar.

Rompiste los platos y yo pagué la cuenta.

Y desconfío de mi sombra hasta en cámara lenta.

Voluntariamente corté mis uñas.

Ahora cada noche duermo desnuda

para sentir la muerte de cerca que me respira en la nuca.

Y si algunas vez quieres regresar,

piénsalo dos veces antes de que te vuelvas a estrellar.

Lanzo cuchillos y muerdo de verdad.

Gracias a ti lanzo a matar.

Y te aseguro que a ti no te perdono e incluso te puedo degollar.

~ Alétheia ~

 Brillabas como estrella en mi cielo 
y sentí el mismo flechazo, aquél de enero.

Te creí, te seguí con ojos cerrados.
Aún sabiendo que iba al matadero,
yo feliz de lanzarme por el acantilado.

Te esperé pacientemente en el fondo del abismo

y al final vino ella a quitarme esa venda,

me mostró que desde su lado del jardín el mío estaba marchito.

Ella y yo, dos mitades que te amamos.
Te veneramos cual templo pero al final todo fue en vano.

Me quedé con mis demonios, ésos que conocí contigo.
Al final el puñal lo sostenían tus manos,

las que me mataron justo en el acto.

 Espero no revivir esta vez de las cenizas.
Cada decepción es más dura que la anterior.
Ya mi alma no soporta tu nombre como sinónimo de traición.

Cástor y Pólux

Al final resultaste ser eterna, el puesto que nadie puede reemplazar.

Yo una simple mortal conseguí en ti mi otra mitad.

Más amor no pude brindar.

Me quedé vacía e incapaz para alguien más.

Mi dualidad fuiste tú.

Y en esta oscuridad solo busco tu luz.

Fuiste mi faro por mucho tiempo y aunque solté el ancla ya hace tiempo

el peso de los recuerdos me hunden a lo eterno.

Unidas en compromisos que se repiten en bucles,

buscando donde no vas a encontrar, queriendo donde no hay amor que dar.

Tú pecas de una manera distinta,

yo rezo porque el mundo nos quede pequeño y nos podamos encontrar.

Y aunque me fui con el corazón en la maleta

nunca volví a sentirme completa.

Y al ver tu partida quise ir detrás de ti.

Con tristeza me rompí y Zeus se apiadó de mí

y me ubicó en el firmamento 

junto a ti

para 

hacerme 

una última vez

f e l i z

Así yo siento mi tierra

La desesperación me sofoca,

la fe se me retuerce,

la angustia es palpable

y la pena sigue vigente.

En tierra de nadie estamos,

en otra tierra soy un extraño.

Pero si en esta tierra me quedo,

tal vez mañana no vivamos.

Mis pies ya no saben de caminos,

porque lejos de casa me quedo.

Y huir siempre intento,

volar a los brazos de mi madre, deseo.

Apoyo les brindo a aquellos,

que sufren y luchan a duelo,

con el monstruo más grande que he visto,

justo el que ellos escogieron.

Papeles pa’ qué los quiero,

sin ellos construyo poco a poco.

Con mis raíces más profundas

que llegan hasta el Orinoco.

Batallas

Una batalla interna entre pastillas y llanto.

Un auto saboteo para nada planeado.

Voces en off que me hablan del pasado.

Todo aquello que no logré y que tampoco debo intentarlo.

Me enrosco en mi madriguera abrazada de miedos aislados.

Busco ayuda o eso me gusta pensarlo.

Recuerdo las cicatrices y grito desde lo más profundo.

Golpeo, rompo, araño y desgarro.

Escupo palabras para aguantar el llanto.

Y al final como siempre me quedo sola entre escombros.

Y es que escudarme siempre me ha resultado fácil,

entre un mar de gente que no reconoce las señales.

Te cuento mis temores en modo de juego y a mitades

pero muy en el fondo terminan siendo verdades.