Hay secretos en nuestras canciones y canciones que solo yo puedo cantar.
Pinturas de colores que al final no llegaré a usar.
Vidas pasada influyendo, unas que no me quieren soltar.
Me volví intolerante a tus mentiras
y viví engañada en un bucle difícil de escapar.
Porque al final evadir no es sanar.
Pero me di cuenta que tengo una oportunidad.
Dejé de quemarme la cabeza
y caminé descalza hasta el altar.
Uní mis últimas hormonas de felicidad con mis miedos
a ver si así por fin
estos
se
enamoran
de mí
y
se
van.