La eternidad no parece suficiente para esto.
La vida se queda corta para el amor que te tengo.
Pido que tus brazos rompan mis esquemas, mis defectos,
me deshojen como margarita con todos tus "Te quiero".
Tu boca me destruye, me deshace.
Yo te hago la cena, te hago descender,
conocer mis lunares y contar hasta tres.
El brillo de tus ojos me guía,
me muestra tu vida, me brinda alegría.
Tu voz susurra las palabras más anheladas,
y yo te digo que "sí" sin soltarte la mirada.
De la mano siempre andamos, en la misma hoja recitando
aquellos versos puros, simples, dulces, santos.