Que desde aquél día que posaste tu mirada sobre mí,
que desde aquél día sólo pienso en ti.
Que saboreo ese beso fantasma
que terminó llenando cada espacio de mi alma.
Deseando dormir sobre tu pecho,
yo me duermo en este lecho,
tan vacío sin tu cuerpo,
sin esos besos que yo anhelo.
Yo te miro con tus manos y tu cerveza fría,
y termino queriendo conquistarte como mía.
Tú y tus sonrisas de medio lado
que me derriten al otro extremo del cuarto.
Yo sé que hay oscuridad en tu pasado.
No me importa demasiado.
Si quedamos varadas en este barco
todo está bien si voy de tu mano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario