No quiero tus momentos de cordura,
prefiero tus ataques de locura.
No quiero tus sobrias palabras,
quiero las frases ebrias de sinceridad impregnada.
Quiero tus risas nerviosas y abrazos espontáneos.
Tus pensamientos filosóficos, tus miradas matadoras,
tus sonrisas de medio lado y tus susurros,
que poco a poco me comentan lo que va pasando.
Quiero que pronuncies mi nombre una y otra vez,
hasta llegar al punto de olvidar quién soy.
Y que con tus besos me recuerdes dónde estoy.
Quiero tus "buenos días" y
tus "buenas noches" como medicamento toda mi vida.
Por último quiero perfumarme con tu aroma, todo el día.
Y dedicarme a sacarte unas cuantas sonrisas atrevidas.
Porque a mi cuerpo, alma y ser les hacía falta tu piel,
tus pies y todo eso que vale por diez.
En fin, ésta es mi lista de deseos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario